Te observo desde lejos. Ya no me miras, ni me hablas. Ya no soy nadie para ti, aunque, quizás, nunca lo fui. Me das la espalda. ¿Cómo hemos acabado así? Te alejas, y no puedo hacer nada. Me alejas, y no puedo hacer nada.
Intento acercarme, pero sólo consigo que te vayas más lejos. Siento que me faltan fuerzas. Quiero seguir, por lo menos, parte de mi quiere, pero mi orgullo me lo impide. Te sigues alejando. No eres quien pensé que eras. Creí que te importaba, pero todo eran mentiras, sólo mentiras.
Recuerdo cómo te acercaste a mi, cómo te hiciste necesaria, y ahora veo cómo me de